lunes, 13 de febrero de 2012

Quién asesino a Cupido?


El fatídico 14 de febrero encontraron muerto al famoso dios Cupido, en el suelo de su biblioteca durante una fiesta privada. la policía busca al culpable entre los escasos invitados. ¿Lograran hallar al verdadero asesino?  



La policía llego en el tiempo que tarde en suspirar. Sus agiles movimientos precintaron la escena del crimen, en un santiamén. Los detectives reunían a los invitados de la fiesta privada en el living para poder tomar sus datos y su versión de los hechos.  Cinco personas y tres empleados esperaban para ser interrogados, mientras el tiempo transcurría, hablaban entre murmullos. Pues la situación los impactaba.
Entre ellos Lady Miranda Facebook, mujer caracterizada por poseer millones de amigos a lo largo y a lo ancho del globo terráqueo y una biografía muy pública, lloraba  consternada. Se había vuelto socia del difunto desde su entrada en los medios, ayudaba a juntar parejas separadas por océanos y a reavivar pasiones muertas hace años. Su muerte significaba una terrible pérdida y un futuro incierto para su red de amistades. Aunque se debía destacar que su acciones a veces causaba rupturas y odio, ocasionando descontento en el difunto. Lo que la hacia una posible culpable.
Junto a ella Sir Habladius Twitter, la consolaba. Hombre de pocas palabras, se solía expresar en máximo ciento cuarenta caracteres. Animaba a la lady mientras retwitteaba un pésame y colgaba otro twitt en su página para animar el alma dolorida de sus seguidores.  Para este, el  panorama no era distinto, pero fomentar las relaciones interpersonales con escaso dialogo le trajo algunos problemas con el muerto. Dejándolo como otro sospechoso del crimen.
Sobre la alfombra de la biblioteca el equipo de CSI recoge cada pequeña evidencia en bolsas plásticas trasparentes. El cuerpo ha quedado desparramado en posición incomoda sobre el suelo, bajo el una mancha de sangre espesa forma un lecho espejado donde descansa el dios del amor. Tres balazos le dieron muerte. Era fácil determinar eso, solo bastaba observar su traje Gucci blanco para ver los orificios rojos aureolados de negro. Tres tiros a corta distancia con un arma de gran calibre. Apoyado sobre una otomana negra con ribetes dorados y corazones rojos atravesados, se encuentra su arco inmóvil. El carcaj de cuero ha perdido sus flechas mágicas, vacío  colgaba del perchero junto a la puerta.

—Un clásico caso de robo al parecer —pensaron los investigadores—. Las  flechas son un objeto muy bien cotizado en el mercado negro.

Entre los invitados Venus caía presa de un ataque de histeria por la muerte de su querido hijo. Desconsolada, lloraba lágrimas rojas por su corazón destrozado. A pesar de su estado la policía no la descartaba como sospechosa. Había muchos rumores de celos entre madre e hijo. Por la creciente popularidad de este ultimo y la caída en el olvido de su madre.

El cuarto invitado, era yo, una escritora novel de historia románticas, había asistido a la fiesta para realizar un reportaje y publicarlo en mi blog literario. Que mejor material que la entrevista al dios de los deseos amorosos para los fanáticos del genero. Había llegado a la mansión en la cima del acantilado pocas horas antes. Con la esperanza de pasar la mejor noche de su vida. Después del crimen estaba envuelta en un estado de shock, que no me permitía digerir lo acaecido, observaba a los demás con recelo en silencio.  Mi mayor ídolo había muerto a pocos metros. Los detectives tomaron mi declaración sin prestarme la menor atención. Yo entre todos parecía ser la única inocente hasta ese momento.

Los detectives se acercaron al quinto convidado, un hombre misterioso de extremada belleza, alto, de piel bronceada y ojos verdes caminaba con el poder de la seducción imprimado en cada una de sus células. El cabello lacio oscuro largo recorrido en una firme coleta, la mirada ardiente y un traje negro de película completaban la imagen de este dios de la belleza. Adonis, con voz pausada hablaba con los oficiales, exponiendo su cuartada. No tenia razones para matar a su amigo según decía. El conseguía a cualquier mujer que deseara sin necesidad de las flechas encantadas y poseía una riqueza infinita acuñada durante siglos en sus palacios europeos. Muy a su pesar los detectives lo desestimaron como posible sospechoso y tras tomar sus notas le permitieron marchar, sin más.

Los empleados, destrozados por la muerte se abrazaban los unos a los otros, corpulentos hombres vestidos con un fino pantalón de lino blanco holgado, descalzos, con el torso descubierto dejando ver sus músculos bien marcados.  Siempre bendecidos por el poder de Cupido eran los más perjudicados por la perdida.

Una hora más tarde el cuerpo fue retirado, la escena del crimen quedo sellada, los detectives se llevaron en custodia a Lady Facebook, a Sir Twitter y a la diosa Venus como probables autores del hecho. Por la información que pudieron recabar los tres habrían actuado en conjunto para sacar del medio a un personaje que comenzaba a ser molesto para todos. El personal de servicio fue despachado y a la escritora se le permitió marcharse de la mansión. Esta se tomo su tiempo para abandonar el lugar, dejando que todos se alejaran, se paro frente a las puertas dobles de la estrada, intentaba grabar en su memoria cada detalle de la velada.

Esa fue la más  triste noche del mundo entero, la muerte había alcanzado al grandioso Cupido. Ese que proveyó de amor ciego al necesitado y al incapaz. El que enamoro a la colegiala y al taxista. El que cubrió el mundo con deseos pasionales. El universo se puso de luto, la luna oculto su brillo dejando la tierra en penumbras. Lloró al dios perdido. Durante mucho tiempo los mortales acongojados sufrieron por lo ocurrido.

Desde el patio delantero de la mansión una escritora novel, se fundía en el silencio, contemplando el paisaje. Sobre la ruta de entrada un auto sin luces se paro a esperarla, dentro Adonis sonreía satisfecho. Fue una noche trágica para todos, menos para ella, que logró vencer el conjuro del cruel Cupido y dirigirse al encuentro de su verdadero amor, hasta ahora prohibido. El que la espero sentado en el auto y observo su andar lento y  despreocupado. Lo miró a los ojos verdes y sonrió conforme, mientras acariciaba el arma de gran calibre que ocultaba en su maxi-bolso junto a un manojos de flechas mágicas.















Escrito por Ma. de los Angeles


3 comentarios :

  1. Hija!!!!! no te diste cuenta?? lo mato tu tia Myrian!!!!!!

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  2. ¡hola!
    Muy bueno el relato... y muy buen plan el tuyo :)
    Me ha gustado, original y simpático con Lady Facebook y Sir Twitter.
    Saludos

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  3. Muy buen relato. Te sigo. Un beso :)

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